Desde hace poco más de siete años, una tendencia en el mundo de las inversiones ha comenzado a gestarse de la mano de un nuevo concepto al que expertos han denominado como “economía de experiencia”. Al respecto, Rodrigo Besoy Sánchez inversionista y asesor financiero precisa que se trata de los hoteles business class boutique, mismos que asegura cobrarán aún más relevancia y su mercado crecerá en los próximos años a raíz de la pandemia de coronavirus.

“Destacados economistas y teóricos tuvieron a bien clasificar como “economía de la experiencia” a aquellos servicios de alojamiento en los que el entorno y la naturaleza adaptable de los inmuebles ha cobrado relevancia sobre el servicio en sí, lo que permite a los huéspedes tener alternativas para residencias principalmente cortas”, explica.

“Los hoteles business class boutique, que están catalogados como hoteles de lujo, han mostrado desde 2013 una tasa de ocupación de alrededor del 60% con un rendimiento financiero promedio, que los convirtió rápidamente en el objetivo de todo tipo de inversionistas a nivel global”, detalla Besoy Sánchez.

El especialista cuenta que el surgimiento de esta nueva corriente en el sector del alojamiento, está fuertemente vinculada a las preferencias de los turistas, quienes además de buscar servicios específicos encuentran mucho más atractivas aquellas propuestas en las que haya experiencias de calidad de por medio, con temáticas definidas y que les permitan participar o involucrarse de alguna forma.

“Los viajeros han cambiado y lo que buscan ahora es practicidad, comodidad, confort, relajación y privacidad, sin perder de vista aspectos como una buena estética, mobiliario de vanguardia, ubicación estratégica y servicios de la más alta calidad. Es ahí, en donde los hoteles business class boutique han encontrado a su target y al mismo tiempo, atraído la atención de inversionistas en busca de nuevas oportunidades para ampliar su cartera de activos”, asegura Rodrigo Besoy Sánchez.

En ese sentido, la rentabilidad de los hoteles business class boutique es lo más destacado pues al tener como clientes objetivo a turistas de entre 25 y 50 años con un nivel socioeconómico A/B, registran un margen de utilidad que va del 24 al 36 por ciento.

“Los diferenciadores en este rubro son una buena arquitectura, locaciones con riqueza cultural o natural, pocas habitaciones, atención y servicios personalizados, lujo y privacidad. Es hacia lo que están apostando los turistas desde hace tiempo y veremos que esa tendencia incrementará a raíz de la pandemia de coronavirus que se ha vivido en el mundo”, asegura Besoy Sánchez.

“Buscar inversiones ya sea en hoteles de esta categoría que ya se encuentran en operación o bien, apostar por la creación de un nuevo concepto arrancando desde cero, será una de las inversiones más inteligentes que podrán hacer emprendedores o especialistas del rubro”, puntualiza.