México.- Actualmente se experimentan niveles de inflación máximos, así como una economía altamente volátil, que al menos en los últimos años no se veía, siendo varios los factores que han generado dicha situación; ante ello los inversores han buscado refugio en inversiones alternativas y activos reales.

En México, por ejemplo, son varios los expertos y analistas financieros los que pronostican que la inflación podría alcanzar un 8.5% en el presente año, que aunado a que los tipos bajos parecen haber llegado para quedarse por un largo tiempo, ocasionaría el requerimiento de alternativas de inversión para incrementar la rentabilidad de las carteras. 

Los activos reales, que no son otra cosa sino activos tangibles como los inmuebles, la infraestructura o las materias primas, se encuentran ligados a la evolución de la economía real y constituyen una fuente de diversificación para las carteras; además, se caracterizan por tener siempre largas vidas útiles y generar rentabilidad tanto en forma de dividendos, como en revalorización de la inversión. 

Ante un escenario global como el que impera en la economía, se puede pensar que los activos reales mantienen cierta solidez y garantizan dividendos a largo plazo, yo considero prudente destacar que este tipo de activos tienen mayor atractivo que otros productos alternativos al combinar un binomio riesgo-beneficio. 

El gran acierto con los activos reales yace en la cobertura que están dando ante la inflación, de ahí su fortaleza y que ganen mayor aceptación como parte de las carteras de inversión.

Por otro lado, los activos reales tienen la cualidad de pagar una prima de liquidez, lo cual deriva de constituirse como inversiones ilíquidas en comparación a los bonos o las acciones, ello sin mencionar que también suelen captar flujos recurrentes. 

No se debe olvidar de su importancia como fuentes de diversificación para las carteras, tendencia que ha ganado mayor aceptación en los últimos meses, sobre todo entre inversionistas con alto patrimonio y Oficinas Familiares.  

Recomiendo que quienes decidan integrar activos reales a sus carteras lo hagan bajo un enfoque de previo análisis integral y evaluando de manera individual las características de cada activo.