México, 31 marzo.- Durante mis años de experiencia en las inversiones inmobiliarias, me eh enfrentado a cuestionamientos referentes a un método o forma de medir el riesgo de inversión. Aunque no existe una métrica exacta, debido a los eventos macroeconómicos que condicionan el desarrollo de los mercados, la diversificación de portafolios es una de las mejores formas para disminuir el riesgo.

“Los riesgos inmobiliarios son difíciles de precisar o predecir, sobre todo en el sector inmobiliario ya que éste tiene distintos impactos según el tipo de propiedad y la ubicación. Sin embargo, sí hay una serie de pasos y previsiones que los inversionistas pueden tomar para reducir su impacto”.

Uno de esos pasos, es evitar la correlación, es decir, elegir oportunidades de inversión que no estén relacionadas entre sí directamente ni por el tipo de propiedad ni por la geografía.

“Al tener inversiones concentradas, se corre mayor riesgo ante un escenario desfavorable para el sector inmobilario, que los activos se reduzcan o colapsen por completo. Este concepto de diversificación fue introducido al mercado inmobiliario en la década de los 50 por Harry Markowitz, quien demostró que una cartera diversificada presenta una volatilidad más baja. Si bien no se elimina por completo el riesgo, se gestiona de una manera adecuada”.

Otro aspecto que Real Estate recomienda, es evaluar la opción de inversión en bienes raíces comerciales como apartamentos, oficinas, centros comerciales, centros de datos, consultorios médicos, entre otros que, por ejemplo, durante el evento macroeconómico de la pandemia de Covid-19, han sufrido afectaciones en diversas magnitudes y eso permite a los inversionistas obtener mejores rendimientos en algunos casos.

“Si bien la diversificación puede parecer para los inversionistas minoristas una labor casi imposible, la pandemia ha abierto el camino a través de los Fondos de Inversión compartida, asumiendo los costos iniciales dándoles un respiro inicial que les facilita el acceso a otro tipo de propiedades”.

En el caso de los inversionistas privados, que han optado por la creación de las denominadas sociedades limitadas para invertir en fondos inmobiliarios que son administrados profesionalmente.

“Esta estructura les permite formar parte de grupos de inversión con capitales más grandes y adquirir propiedades generadoras de ingresos casi de manera inmediata. La ventaja que han encontrado en este esquema es que tienen acceso a propiedades de gran valor sin asumir la responsabilidad y riesgo de poseer una propiedad directamente”.

Finalmente, se enlista la inversión fraccionada que además ofrecen ventajas fiscales como la posibilidad de realizar intercambios dentro y fuera de su inversión, sin embargo, hace énfasis en que bajo este esquema por ser inversiones líquidas deben evaluarse previamente los objetivos que se tienen al momento de invertir.