En el mundo de las inversiones, la primera regla es evitar poner todo el capital en una sola acción o tipo de activo. Para alcanzar rendimientos sin arriesgar el patrimonio, lo mejor es diversificar, establece.

Cuando un inversionista poco experimentado se involucra con el armado de un portafolio lo más probable es que se pierda ante tantas opciones.

Y es que éstas pueden ir desde acciones y bonos hasta criptomonedas; por ello, lo más recomendable está en buscar un rendimiento competitivo con el menor riesgo posible, sin importar el perfil de inversionista al que pertenezcas.

Como fundamental partir del entendimiento de lo qué es la diversificación: una técnica que los inversores implementan para aumentar sus rendimientos y al mismo tiempo disminuir los riesgos ocasionados por fluctuaciones en los mercados o caídas en determinados activos.

Tengamos en cuenta que uno de los principios básicos al diversificar es distribuir el riesgo y en este punto es donde entran las inversiones alternativas, las cuales pueden ser identificadas al no entrar en alguna de las categorías tradicionales como las acciones, bonos, fondos mutuos y efectivo. 

Reconozco que algunas de estas inversiones alternativas están plenamente identificadas, pero otras aluden total desconocimiento.

Por tal motivo, enlista algunas de las opciones más rentables para diversificar los portafolios:

  • Fondos de cobertura
  • Capital privado
  • Bienes raíces
  • Inversión en deuda
  • Materias primas. 

Llegado este punto, entonces se considera la combinación de activos y la clase de estos, dependiendo del perfil del inversionista.

Además, suele ser recomendable acercarse a un asesor financiero que oriente sobre si la estrategia es la correcta para cumplir con los objetivos trazados. 

Finalmente, tres rutas o estrategias para diversificar un portafolio; siendo la primera, la que obedece a concentrarse en varios activos de la misma clase; la segunda, más enfocada a dar apertura a inversiones en el extranjero, sobre todo cuando el mercado local es deficiente; y la tercera, que gira en torno a la utilización de clases de activos, los cuales navegan entre tradicionales y alternativos.