México, 7 julio.- El arte se ha consolidado en los últimos años como un nicho de mercado en el que las inversiones suelen ser más seguras, donde la volatilidad no impacta con la misma intensidad que lo haría en otros ramos e incluso que, con el tiempo es posible generar mayores dividendos de una inversión casual. 

El también especialista en inversiones ha señalado en diferentes oportunidades que, adquirir piezas de colección en galerías, exposiciones o subastas no es exclusivo de un sector, pues existe un vasto universo de artistas y colecciones a las que se puede tener acceso a través de diferentes canales digitales, los cuales ganaron mayor aceptación tras la pandemia y las limitantes por el distanciamiento social. 

El entorno digital ha envuelto al mercado del arte, por lo que hacer inversiones en piezas de esta naturaleza ahora está más al alcance. De tal manera que, a la posibilidad de acceder a subastas en línea, visitar exposiciones en galerías virtuales,  o llevar a cabo compra de NFT´s ahora se suman startups especializadas en inversiones en arte, las cuales aprovechando el empuje del entorno Fintech tomaron fuerza desde antes de la pandemia.

Las Fintech tomaron gran fuerza con la pandemia reconoce Besoy Sánchez, y han alcanzado niveles de financiamiento importantes tanto en Europa como en América Latina, dándoles oportunidad de crecer y diversificarse hasta encontrar en diferentes mercados las condiciones necesarias para valerse de las herramientas que la tecnología y la economía digital les permiten. 

En este contexto apareció, por ejemplo, la startup neoyorkina Masterworks. Con tan solo tres años de vida logró posicionar su concepto de propiedad fraccionada de activos de lujo entre los más solicitados, ya que la gente desea tener acceso a bienes como obras de arte de grandes artistas a nivel mundial, a las cuales difícilmente en otras circunstancias habría tenido acceso. 

Masterworks al igual que otras startups está brindando inclusión a las personas ávidas por invertir en arte, y lo mejor yace en la segmentación que implementa, al ofrecer, por un lado, el acceso a obras de artistas financiables como Claude Monet a un bajo riesgo; pero por otro, también a artistas emergentes o a mitad de su carrera, cuyas piezas pueden brindar a los inversionistas un retorno de entre el 12 y el 20 por ciento con un riesgo moderado. 

Para cualquiera que se vaya adentrando en el mundo del arte resulta fantástico e incluso idílico invertir en obras valuadas en millones de dólares, lo cual ahora es posible a través de estos startups; sin embargo, tampoco se debe desdeñar el otro segmento, el cual obviamente es con rendimientos a largo plazo, pero que puede dejar interesantes dividendos. 

Recuerdo que, a mediados de la década del 2010 tuvo gran auge una startup mexicana llamada Cultura Colectiva, la cual a través de una plataforma electrónica generaba ventas de arte en línea de artistas emergentes que ofrecían sus obras y diseños exclusivos, siguiendo los pasos de otras plataformas en Alemania y Estados Unidos.