Ausencia de conocimiento o de datos, complejidad de la información, falta de compromiso por parte de los Consejos de Administración e incapacidad para trasladar las ideas a los hechos, son algunos de los principales obstáculos que enfrentan las organizaciones para llevar a cabo estrategias de inversión bajo criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG).
Si bien en los últimos años, los mercados mundiales han demostrado una mayor inclinación e interés hacia los proyectos ASG, y los índices de arraigo de dichos factores, parece que finalmente fueron adoptados y asimilados.
Muchos inversionistas profesionales y/o organizaciones están dejando en manos de los gestores dichas labores, las cuales contemplan decisiones de inversión importantes.
Asimismo, coincide con resultados de algunos estudios como el informe “Directors Can Up Their Game on Environmental, Social, and Governance Issues”, el cual apunta a que la velocidad con lo que han ganado aceptación los criterios ASG no empata con la agresividad que deberían mostrar las compañías al aplicar sus estrategias, principalmente las correspondientes a rubros de sostenibilidad y sustentabilidad.
Otros datos apuntan a que al menos el 69% de los encargados de integrar estos criterios afirma que los factores ASG no están integrados en la «matriz de competencias» de los órganos de administración de las compañías.
Sin mencionar que, el propio estudio de la consultora Boston Consulting Group destaca que más del 70% de los Consejos de Administración se declaran poco eficaces en cuestiones de integración de criterios ASG, al manifestar como principales amenazas la incapacidad de la organización para ejecutarlos, aumento de los costos, falta de cultura empresarial y cuestionable nivel de compromiso de los gestores.
Del mismo modo, resulta un tanto confuso que la aplicación de estos criterios siga ganando adeptos, pero al mismo tiempo provoque complicaciones para su aplicación entre los Consejos de Administración.
Otro ejemplo yace en algunos datos del Estudio Global ASG 2022 de Capital Group, el cual indica que casi dos tercios de los inversores prefieren utilizar fondos activos para integrar los factores ASG, siendo la renta variable en un 80% y la renta fija en un 58%, las clases de activos más populares a nivel mundial.
Por último, para cumplir con la aplicación de criterios ASG en las estrategias de inversión, la cual se visualiza como pendiente, lo mejor podría ser apuntar hacia modelos que deleguen responsabilidad a todo el Consejo de Administración, direccionen la tarea a un Comité especifico y especializado o distribuyan las labores entre diferentes Comités y/o gestores activos.
Todo esto en medio de un escenario global donde el futuro luce prometedor para inversiones con este tipo de criterios, donde al menos prevalecerán como alternativa gracias a sus resultados positivos, los cuales incluso fueron notables durante los dos años de desafíos que representó la pandemia.