El mundo de la inversión sostenible está experimentando una transformación impulsada por la convergencia de valores generacionales y un panorama normativo cada vez más amplio, en donde las Family Offices tienen un papel importante que desempeñar en la configuración del futuro de la gestión de patrimonios y deben navegar por prioridades cambiantes al tiempo que se adaptan a los crecientes requisitos de ley.

La próxima generación está cada vez más interesada en alinear sus inversiones con sus valores y objetivos sociales a largo plazo. Cambios legislativos como la Ley de Reducción de la Inflación de 2022 (IRA) y el Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) están dando forma a las estrategias de inversión sostenible de las Family Offices. 

La IRA apoya los principios ESG al destinar 369.000 millones de dólares a la inversión, en cambio, climático y energía verde en los próximos 10 años. Pretende reducir la dependencia de EE. UU. de los combustibles fósiles, con el objetivo de reducir en un 40 % las emisiones de carbono para 2030. 

Entre las principales áreas de interés figuran la demanda de energías renovables, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la seguridad energética, la descarbonización de la economía estadounidense, la inversión en las comunidades, la justicia medioambiental, y el apoyo a los agricultores y las comunidades rurales. La legislación modifica los créditos fiscales existentes relacionados con la energía e introduce nuevos créditos y estructuras para facilitar la inversión sostenible a largo plazo.

La SFDR exige a los participantes en los mercados financieros, incluidas las family offices, que revelen a los inversores información relacionada con la sostenibilidad. El 37 % de las family offices europeas ya tienen en cuenta los factores ESG en sus decisiones de inversión. Las Family Offices pueden beneficiarse de la adopción de un enfoque proactivo de la inversión sostenible, abrazando la evolución del panorama y aprovechando las nuevas oportunidades.

La próxima generación está llamada a tener un impacto significativo en la inversión sostenible. Están interesados en alinear sus inversiones con sus valores y objetivos sociales a largo plazo. Con una importante transferencia de riqueza en el horizonte, están naturalmente bien posicionados para impulsar un cambio significativo.

Las Family Offices tienen un papel crucial que desempeñar en la configuración del futuro de la gestión de patrimonios, y necesitan adaptarse a estos cambios de prioridades. El cambio de prioridades supone una oportunidad para que estas empresas reevalúen sus estrategias de inversión, pero también significa que deben ser conscientes de los factores ESG e incorporarlos a estas estrategias de forma más destacada.

Pueden beneficiarse adoptando un enfoque proactivo de la inversión sostenible, abrazando la evolución del panorama y aprovechando las nuevas oportunidades. Por ello, es esencial desarrollar una estrategia de inversión sostenible a medida en colaboración con expertos y asesores. 

Garantizar el cumplimiento de las normativas y los cambios legislativos en evolución, como el SFDR, el Reglamento sobre Taxonomía de la UE y el enfoque de la SEC de EE. UU. sobre la divulgación de información ESG es fundamental. También es importante supervisar y evaluar continuamente el impacto y el rendimiento de las inversiones sostenibles.

El deseo de tener un impacto tangible y positivo en el mundo y, al mismo tiempo, generar rendimientos financieros es una combinación perfecta, no solamente para los inversores más comprometidos, sino para la sociedad en su conjunto, expresa Rodrigo Besoy Sánchez. El mundo está cambiando y la inversión sostenible ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad. Las Family Offices que asuman este cambio y se adapten estarán mejor posicionadas para navegar por la nueva era de la inversión sostenible.