Durante 2023 las Oficinas Familiares tendrán un reto crucial: evitar la incertidumbre económica no solo para las familias que representan, también para ellas mismas.

La drástica volatilidad y caída del mercado que comenzó a principios de 2022, ha generado que las generaciones mayores actúen de manera preventiva ante lo que ellos ven como una inminente recesión global acompañada de una fuerte inflación. 

En consecuencia, las Oficinas Familiares comienzan a verse limitadas en la libertad del uso de sus recursos, obligándose a replantear estrategias para sus representados al mismo tiempo que comienzan a buscar fuentes de ingresos adicionales para sus operaciones.

Según datos obtenidos por City Private Bank, casi tres cuartas partes (73%) de las Oficinas Familiares experimentaron un descenso en el valor de mercado de sus carteras desde los primeros meses del 2022 y alrededor del 43% experimentó un descenso superior al 10%, lo que contrasta bastante con el año pasado, en el que menos del 13% de las Family Offices informó de algún descenso.

Con el fin de reducir costos, algunas empresas están optando por la disminución de servicios lujosos, otras están colaborando entre si, compartiendo staff o espacios físicos para el desarrollo de sus actividades. Algunas han trasladado sus activos a bancos privados, lo que tendrá una desventaja muy clara, ya que algunos bancos promueven sus propios fondos.

Aquellas Oficinas Familiares que tomaron un papel preventivo un poco más agresivo recurriendo al apalancamiento, las inversiones directas, los consultores de inversión externos y los comités de inversión independientes, obtuvieron resultados relativamente positivos durante el 2022, lo que podría dictar tendencia para otras este año.

El capital colocado en la bolsa sigue representando una fuerte asignación de activos junto con el sector inmobiliario y el capital de inversión privada. Recomiendo la continuidad de las prioridades estratégicas a largo plazo y limitar ajustes de activos puestos a corto plazo.

Por último, los directores de las Oficinas Familiares deben considerar la volatilidad y la dislocación del mercado como una oportunidad para construir carteras más resilientes, centrándose en inversiones de alta calidad.