Uno de los problemas principales que enfrentan las Family Offices a nivel global, es el cambio generacional, imperios empresariales construidos por los abuelos o padres, ahora quedan en manos de los más jóvenes sin experiencia o interés en los negocios de la familia.

Adicionalmente, la incertidumbre económica que genera una inminente inflación, una posible recesión global y un clima geopolítico complicado, aumentan la necesidad de un plan de sucesión bien elaborado.

De acuerdo con un informe elaborado por Citi Private Bank, la sucesión patrimonial es una situación que preocupa al 51% de las oficinas a nivel mundial. El reto ya no es únicamente que solo el 34% de los miembros de la familia que transfieren su patrimonio tienen un testamento, sino que se suma la dificultad de conciliar los valores de las generaciones mayores y jóvenes.

La mayoría de las Oficinas Familiares consideran que la próxima generación se centrará más en las finanzas descentralizadas, así como en las inversiones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG), y que están dispuestas a renunciar a algunos beneficios en aras del bien socia.

El objetivo principal de estas oficinas siempre será librar de incertidumbre económica a las familias y permitirles que su patrimonio mantenga el rumbo deseado, ofreciendo una solución total para gestionar las necesidades financieras y de inversión de una persona o familia exitosa. El buen funcionamiento se verá reflejado en un plan de sucesión que realmente potencialice el patrimonio familiar acumulado hasta el momento.

Se requiere de la elaboración de una guía que garantice una transición patrimonial exitosa y duradera, tendencia que deberá reforzarse al interior de las Oficinas Familiares durante 2023.

Asimismo, este movimiento estratégico deberá conjuntarse con una buena comunicación que promueva transparencia en la toma de decisiones, evitando la creación de un ambiente de desconfianza que dañe gravemente la credibilidad de la persona a la cabeza de la empresa y propicie, aún más, la pérdida de interés en la empresa por parte de las nuevas generaciones.

Se debe tener muy claro cómo y cuándo se realizará la sucesión en la dirección y en la propiedad, sucesión en las relaciones, sucesión cultural y, por último, pero no por ello menos importante, sucesión en el liderazgo.

Finalmente, a nivel global las Oficinas Familiares deben comenzar a pensar en estrategias que coloquen los activos en sectores o industrias que hasta antes de la pandemia no figuraban en el mapa por su carácter riesgoso, como los activos digitales o aquellos proyectos bajo un enfoque de responsabilidad social integral.