México, a 06 de diciembre. – En el caso de un año que representó grandes retos en materia económica y empresarial tras los estrategos de la pandemia, aún existen familias empresarias que no le encuentran sentido a las Oficinas Familiares, a las cuales ven como una estructura burocrática.

Este tipo de organizaciones ha ganado mayor popularidad porque se les ve más allá de hacer negocios y fortalecer la unidad familiar, permitiendo utilizarse como vehículo para la diversificación de las carteras de inversión, las cuales contemplan en mayor medida activos como las criptomonedas, el capital de riesgo y las perspectivas ESG (environmental, social and corporate governance).

A pesar de que solo el 23% de las Oficinas Familiares a nivel global manifestaron hacer cambios sustanciales en la asignación de activos tras los efectos de la pandemia, esto ha sido motivo para impulsar a entidades empresariales familiares a ver dicha estructura como solución a los retos derivados de temas inflacionarios o la fluctuación en el mercado accionario.

Se debe recordar que la finalidad que persigue la Oficina Familiar desde las raíces de su concepto generado en Estados Unidos y Europa es la de preservar e incrementar el patrimonio familiar desde un enfoque de eficiencia financiera y fiscal, así como establecer una adecuada organización y unidad familiar para la correcta toma de decisiones.

Siempre preciso en dicho sentido como una evolución de las Oficinas Familiares modernas, la transformación que están experimentando en regiones como Asia, donde se les está otorgando un nuevo sentido y enfoque más globalizado e innovador

También que lo más adecuado actualmente al pensar en la implementación de una Oficina Familiar es, contar con una visión tradicional conjugada con varios de los factores globales actuales, los cuales tienen repercusión o pueden tenerla en el patrimonio familiar, activos inmobiliarios, inversiones, etc.

En medio de una situación como la que se vive por la inflación que registra niveles históricos, por ejemplo, en Norteamérica (Canadá 4.7%, Estados Unidos y México 6.2%); no resulta raro que las empresas familiares busquen empatar sus deseos de preservación de patrimonio con mejores estrategias de inversión, que se adecuen a la complejidad con la que se mueven los activos actualmente.

También hacia los síntomas naturales del entorno empresarial, los cuales demandan la intervención de una Oficina Familiar en el momento en que se requiere de la diversificación del patrimonio fuera del negocio central.

 Además, no olvidemos que tras la implementación de una Oficina Familiar se requiere de la delimitación de sus funciones, evitando principalmente que se asuman demasiados temas que incrementen costos y hagan su operación más compleja.