Con el transcurso de los años, se ha constatado que las obras de arte no solo representan inspiración y objeto de deseo entre coleccionistas; por el contrario, se han consolidado como inversiones alternativas porque son activos tangibles, los cuales además difícilmente se ven afectados por la inflación o la crisis.

Al aparecer la pandemia e imponerse los confinamientos, el mercado de arte se desestabilizó porque dejaron de celebrarse las exposiciones o las subastas, y el propio mercado tuvo que trasladarse al plano digital, lo que trajo consigo nuevas variaciones como los conocidos Non Fungible Token (NFT´s). 

No obstante, para 2021 hubo de nuevo cambios importantes, expresa el especialista mexicano, por lo que los inversores se vieron atraídos nuevamente por las reservas de valor y las mejores estrategias para diversificar sus activos, principalmente por las oportunidades que surgieron ante una incipiente recuperación económica. 

Lamentablemente como todos sabemos, luego de un 2021 fantástico que sugería un ascenso pronunciado, vino la debacle, la inflación regresó con mayor fuerza, se presentaron nuevos desafíos globales y geopolíticos, e incluso, ya se habla de una potencial recesión; ante todo esto, el coleccionismo de arte muta hasta fijarse en una demanda próspera de inversión como alternativa para proteger el capital. 

Debe entenderse también, que el arte puede añadir una dimensión adicional a las carteras, al ayudar a diversificar la asignación de activos y proporcionar un elemento de seguridad; sin embargo, como cualquier otra inversión, también implica riesgos propios, porque es sensible al ciclo económico, las tasas de interés y otros factores específicos. 

Si bien el arte puede servir como refugio seguro ante una economía turbulenta, debe tomarse en cuenta que su rendimiento es plazos prolongados. La incursión en inversiones en arte debe hacerse bajo una visión definida pero aterrizada porque a pesar de que es un mercado que prospera, los rendimientos podrían no ser los mismo en los siguientes años. 

Aunque, señala que tampoco es tan extremista como alguna vez lo señaló el multimillonario Warren Buffett, quien dijo que el arte era una pésima inversión, argumentando que este no cumplía con el principio de “Invertir es el arte de disponer de efectivo ahora para obtener mucho más efectivo más adelante”.