Con el cambio generacional que se vive en el sector de las Oficinas Familiares, será necesario acelerar la transición hacia esquemas que atiendan las nuevas necesidades para la administración del patrimonio.

Partiendo de que para el año 2026 se espera que a nivel global haya 40% más de millonarios, y que son las Oficinas Familiares las que administran actualmente poco más de 5 millones de dólares en activos, el especialista en inversiones y gestión patrimonial indica que las preferencias en el rubro están cambiando y éstas obedecen a los relevos generacionales que se viven al interior de las empresas familiares.

Se estima que serán alrededor de 18,500 personas con un patrimonio neto de $100 millones de dólares, quienes transfieran la mayor parte de sus activos a una nueva generación. Este fenómeno propio de la época, ha sido denominado “Gran Transferencia de Riqueza Generacional”, bajo el que las Oficinas Familiares deberán reconfigurarse para atender a nuevas demandas.

A medida que las tasas de riqueza individuales siguen al alza y por consecuencia son más complejas, se abren las posibilidades para el surgimiento de nuevas familias potenciales que por el contexto en el que se desarrollan, podrían tener requisitos de estructuración únicos.

Las Oficinas Familiares tradicionales se encuentran en un momento crucial en el que la modernización será el camino para garantizar su permanencia en el juego. Como parte de esa modernización, las Oficinas Familiares deben apuntar inevitablemente hacia la digitalización de procesos.

Pero también, hago énfasis en la importancia que tendrá la diversificación de portafolios ante las preferencias que presentan los nuevos herederos, conformados en su mayoría por la generación Millennial y Z.

Desde el inicio de la pandemia se hablaba de que las Oficinas Familiares comenzaban a mostrar interés en tipos de activos que hasta hace algunos años, parecían no ser tan viables. Las nuevas generaciones son notablemente más conscientes sobre el medio ambiente o los aspectos sociales, y hacia esa dirección es que apuntarán las inversiones y adquisición de activos.

Ante estas tendencias, las Oficinas Familiares deberán poner especial atención en crear estrategias de inversión y gobernanza más sofisticadas que por un lado, garanticen la flexibilidad sin perder el carácter institucional de estas organizaciones.