Los años pasados han sido turbulentos para los gestores de patrimonio y el panorama no parece diferente en 2023 ya que se prevé un crecimiento mundial por debajo de lo esperado, con la probabilidad de una recesión en los principales países europeos y una desaceleración significativa en Estados Unidos. No obstante, enero ya nos permite visualizar algunas tendencias en el mercado.

La digitalización y la personalización seguirían dominando las asignaciones de Capex en el espacio de la gestión de patrimonios, ya que es probable que ofrezcan escalabilidad y fidelidad del cliente, compensando la presión a la baja sobre los márgenes de beneficio. 

En el frente del crecimiento, la profundización de la presencia en los mercados emergentes y la focalización en los clientes más jóvenes y de mayor poder adquisitivo serían áreas de enfoque clave.

La volatilidad de los mercados exigirá centrarse en inversiones en renta variable resistente e instrumentos de renta fija, que podrían proporcionar cierta protección frente a las caídas.

Además, es probable que los niveles de inflación se mantengan estructuralmente elevados a corto plazo, por lo tanto, el principal objetivo de los gestores de patrimonio será asesorar a los clientes sobre una cobertura eficaz contra la inflación.

Tecnología, en el centro de la gestión patrimonial

Los mercados privados y las alternativas no convencionales eran en gran medida inexplorados debido a su mínima inversión, las restricciones a la retirada de capital y la complicada administración.

Sin embargo, algunas empresas Fintech e instituciones financieras han desarrollado en los últimos años plataformas de inversión personalizadas para clientes minoristas como los fondos feeder, REIT, públicos no cotizados y fondos de crédito alternativos líquidos. 

Dichas plataformas requieren un desembolso mínimo menor y ofrecen una mayor liquidez, lo que abre un abanico de oportunidades para los clientes patrimoniales. 

Entre las tendencias, podrían destacar las de capital riesgo, en particular las centradas en inversiones inmobiliarias, en infraestructuras y en sostenibilidad, ya que estas suelen tener una menor correlación con los mercados públicos y han mostrado un rendimiento relativo superior frente a ellos.

En consecuencia, se apunta a que los actores de la gestión de patrimonios deberán seguir invirtiendo en reforzar su asesoramiento ESG en 2023, centrándose en ofrecer informes y puntuaciones estandarizadas, y rediseñando sus carteras de clientes con una visión holística de la economía circular.

Finalmente, un estudio de McKinsey muestra como la región Asia-Pacífico representa el 42% de la riqueza mundial. Asimismo, UBS, Deutsche Bank y Credit Suisse se han comprometido a realizar notables inversiones en el sudeste asiático y Oriente Próximo, en los próximos 24 meses. Por tal razón, se espera que el crecimiento de la gestión de patrimonios en Asia supere al de otras regiones, puntualizó.